martes, 26 de junio de 2012

La cita del día

Creo que hay mucha humildad en el hecho de ser escritor. Lo sé por mi padre, que era herrador y escribía tragedias, y no tenía en más consideración escribir tragedias que herrar caballos. 
Elio VITTORINI, Diario in pubblico

Extracto de Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas, Madrid: Ediciones del Andamio, 2012.

martes, 19 de junio de 2012

La cita del día


Dio un paso adelante y desapareció tras la cornisa, rápido y sigiloso como un halcón. Ella ahogó un grito de terror y corrió a asomarse al borde de la azotea, esperando encontrar el cuerpo aplastado contra el pavimento.

Helena GÓMEZ AZAÑÓN


Extracto de Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas, Madrid: Ediciones del Andamio, 2012.

lunes, 18 de junio de 2012

La cita del día

María PEINADO               

Extracto de Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas, Madrid: Ediciones del Andamio, 2012.

sábado, 16 de junio de 2012

La cita del día

Cuando finalizó el primer movimiento, tanto músicos como audiencia se habían impregnado ya del lenguaje amable, la cordial intensidad y la calculada arquitectura de la obra. El segundo movimiento comenzó con su melodía de noble ternura llevada por el violín y el chelo a distancia de octava. Hasta entonces el semblante de Joseph no había abandonado su estado de severa concentración, un signo de profesionalidad que a su vez ocultaba el contenido de su alma.
Gonzalo F. M.               

Extracto de Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas, Madrid: Ediciones del Andamio, 2012.

viernes, 15 de junio de 2012

La cita del día

Es una noche perfecta. El viento de tormenta aparece de cuando en cuando, se oye leve, continuo, y de repente retumba furioso y golpea persianas que crujen rabiosas y de la nada se hace un vacío de silencio mudo que te encoge el alma hasta dejarte sin aire.
Cristina MORENO               

Extracto de Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas, Madrid: Ediciones del Andamio, 2012.

jueves, 14 de junio de 2012

La cita del día

Me faltan cojones para hacer algo grande en esta vida. En algún momento quise ser escritor y si tuviera cojones empezaría ahora mismo. Roma sigue sumergida en el diluvio y yo no tengo nada que hacer. Podría emborracharme hasta el coma etílico y hacer algo memorable y absurdo en plan Bukowski [...]
J. V. CATABERRÍA               

Extracto de Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas, Madrid: Ediciones del Andamio, 2012.

Autología

Autología. 27 ficciones de autor autoeditadas y autopublicadas es el título con que Ediciones del Andamio se inserta en el mundo editorial mostrando grandes dosis de creatividad, profesionalidad y estilo.

Podréis asistir a la presentación del libro el martes 3 de julio a las 19.30 en la librería madrileña Traficantes de Sueños (Embajadores 35), donde contaremos con la participación de los escritores Javier Azpeitia y Rafael Reig.

Hablan los trabajadores del texto

Presentación de Ediciones del Andamio y su primera publicación

Va contra toda lógica: este grupo heterogéneo de parados reconvertidos en cuadrilla de trabajadores del texto, pero así es como nace Ediciones del Andamio.

Nos habían avisado: lo peor que le pasa a un parado es que lo vuelven invisible, desaparece, no cuenta. Pues bien, no siempre va a ser así, es más, no queremos que sea así, nos negamos, somos la prueba de que se puede salir de la sombra, volver a ser visibles. La tinta de este libro expone lo que se quiere ocultar, lo que se quiere tapar. Nuestra tarea solo ha consistido en recordar lo que éramos, sacar a la luz lo que ya existía, molestar todo lo que hemos podido y hacer un trabajo digno.

Desaparecer, entonces, es el peligro, pero también nos han enseñado que ahí está la gran virtud del editor, su auténtica excelencia, la mano oculta que no debe verse. Esperamos haber aprendido bien la lección, aparecer en este libro sin que se nos note, calderones ocultos, invisibles casi siempre, el andamiaje que sujeta los textos, desaparecidos finalmente entre los ladrillos de la obra, pero necesarios para sostenerla.

Todo comienza en un aula del INEM —bueno, ahora lo llaman SEPE—, en un edificio con andamios en la calle Mayor. De lunes a viernes, de 15.00 a 21.00 horas, quince historias diferentes esperan sentadas a que les llegue su suerte. Pues no. Somos quince personas que se ponen en marcha, activas, cansadas muchas veces pero felices de haberse encontrado para proclamar «su amor al peligro, al hábito de la energía y a la temeridad»: Ana, Avelina, Cris, Dionisio, Elena, Gonzalo, Helena, Jesús, Josevi, Julio, Mar, Mario, Riccardo (sí, con dos ces, por favor), Roberta y Yolanda. Estos hombres invisibles ya no son más una lista diaria de firmas condenada a perderse en otra estadística: surgen los futuros editores con proyectos en marcha, traductores, cuentistas, ilustradores, diseñadores y hasta un par de agentes tenaces. Entonces ya solo hizo falta el entusiasmo que nos demostraron cada día Virginia, Esther y Vicky. El libro está en marcha.

Pero editar un libro es una tarea complicada: no tenemos textos, ni ilustraciones, hay que hacer la maqueta, elegir un nombre, crear un logo, corregir las pruebas, escoger las tipografías, el blanco de cortesía, las portadillas, parecer unos tipos muy profesionales, sacar el curso adelante y no morir en el intento. No hay problema, de nuevo entre todos damos con las soluciones.

Nos vamos animando: primero un microrrelato, luego un par de cuentos, algún relato más largo…, vamos bien, aunque tenemos miedo, ¿será poco material?, ¿es publicable? Seguimos adelante. Más textos, ahora traducimos, inglés, francés, italiano…, esto marcha. Ya no hay miedo, ahora es temeridad, más relatos, más cuentos, un logo, un título que muta a nombre de editorial, otro título mejor, ¿y música? Sí, el libro se va creando con las aportaciones de todos, no le vamos a hacer ninguna concesión al lector, nuestra obra también va a tener música, y mucha, un programa de mano que se transforma en cuentos, y ahí están esos «Momentos musicales». Faltan ilustraciones, buscamos, hay que pagar derechos, no hay pasta, no nos resignamos. Mejor, aparece María, María Peinado, y sus magníficos dibujos se van amoldando a los textos, ¿o es al contrario? Ahora ya está casi todo, pero anche l’occhio vuole la sua parte, nos queda darle forma. Nuestro andamio se sostiene con fuerza y la obra no se va a caer, aguantamos.

Somos aprendices, artesanos del libro, no tenemos muchos medios, pero está el trabajo en equipo y la brújula de nuestra editora cuando nos perdemos en el camino, que es casi siempre.

Definitivamente no hay miedo, y eso es bueno, nos preguntamos unos a otros y todo va bien, estamos alterados pero contentos; casi siempre escépticos, a veces casi optimistas; esperando a la primavera, o mirando una estrella, siempre en estado de espera; insatisfechos por la imposibilidad de modificar una existencia de la que somos meros espectadores; agitados, no revueltos; enfrentándonos a preguntas trascendentes sin alcanzar ninguna respuesta satisfactoria; egoístas, abstraídos de todo lo que no nos resulta importante, en un rincón sin más sonido que el que nosotros necesitamos, no siempre escuchando lo que nos decís; en Dakota del Sur; subversivos, en tensión, equilibrados y, a veces, demasiado reflexivos, ilusionados, con ganas de sentirnos enérgicos y resolutivos ante el futuro; caribeños con tendencias árticas compulsivas y templadamente obsesivas, efervescentes y extremados; para bien y para mal deseando que ocurra algo, intentando encontrar un sentido a lo que pasa a nuestro alrededor, generalmente sin éxito. Alegres, nostálgicos, felices y contradictorios. Sin miedo. Por fin tenemos el libro.

A la fuerza hemos construido una obra dispar en sus contenidos, pero unitaria en su estructura: seis bloques, seis microrrelatos, seis momentos musicales, un ménage à trois en tres idiomas y ocho narraciones que se ajustan por afinidad o por contraste. El libro es una juerga de temas, personajes y estilos.

Queremos crear una obra concentrada, pero a la vez inclusiva, no dejarnos nada de lo que nos han enseñado. Como estamos aprendiendo podemos permitirnos jugar. Por qué una sola tipografía, usaremos hasta diez. Mezclamos lo clásico y lo contemporáneo, podemos leer a Proust y a Austen en Garamond, orientarnos dentro del libro en Futura y saludar a la Palillo mientras escuchamos a Ravel.

Y «Caronte» «Salta» para llegar a tiempo a una «Cena en familia» al compás de las danzas húngaras de Kodály, que al final de la primera parte se ha sentado con Béla Bartók a hablar del valor de la cultura popular.

Contra la tozudez del binomio amor-desamor que está en «De repente, la busqué», «Sin aliento» y «Tres cervezas», suena la melodía del Doble concierto para violín y violonchelo de Brahms: músicos que se reconcilian, el reencuentro de los viejos amigos, hombres y mujeres a vueltas con sus espíritus y con sus cuerpos.

«Buena suerte, Mr. Gorski» da con el tono perfecto para escuchar a Gershwin, antes justo de que, contra toda lógica, triunfe el amor en un «Ménage à trois» que junta a Emily Brontë con Jane Austen y ni más ni menos que con Marcel Proust, seducidos los tres con las notas del Dafnis y Cloe de Ravel.

Berlioz confirma con su música —como ese «Último otoño» tan suave entre la aspereza de «La Palillo» y «Comer caca»— que propuestas de enorme contraste pueden llegar a combinarse con éxito, resignificándose las partes con la fuerza del conjunto.

Y qué mejor final que un poema sinfónico de Liszt: he aquí una obra total, pensaron los románticos, la perfecta unión entre literatura y música. Humildemente, nosotros decimos: he aquí nuestra obra, construida sobre un excéntrico espíritu romántico del siglo XXI.

Este proyecto es fruto también de la participación, a veces sin saberlo, de otros muchos personajes: el magnífico equipo de la academia Teide, la técnica itinerante, Rober Ray y el ñoño de Saint-Exupéry, el Adobe® InDesign® CS5 en inglés, nuestro reprógrafo heavy, los ruidosos obreros, Carrasquilla, Martínez de Sousa y la RAE, y especialmente nuestros hipotéticos lectores. Pero tampoco podemos dejar de acordarnos de los mercados, los banqueros, los empresarios y los políticos que con su gestión hicieron posible la reunión de estos insólitos editores.

Así nace este artefacto que es pura tecnología punta, lo mejor que se puede conseguir hoy, un libro, y, de regalo, un pequeño bastardo digital como testimonio de que el futuro ya ha quedado atrás.

Nos lo dijo Marinetti: Non v’è più bellezza se non nella lotta.

Somos ilógicos, salimos en papel.